Nuestra historia
Hay que remontarse a 1723 para encontrar los orígenes viticultores de nuestra familia. Fue entonces cuando firmamos un pacto con la tierra y catorce generaciones después, continuamos cultivando nuestras tierras con el mismo respeto y pasión, siguiendo los métodos tradicionales de nuestros antepasados.
La familia lejos de abandonar la labor del campo invirtió sus recursos en mejorar tanto el cultivo de uva como el de otros productos típicos de la zona.
El cultivo y cuidado de los viñedos permitió prosperar a nuestra familia, que pudo adquirir la maquinaria adecuada para la mecanización del viñedo.
Con la llegada de las nuevas generaciones, hemos logrado adaptar la viticultura tradicional a la viticultura moderna sin perder la esencia y los valores de antaño.
Actualmente seguimos creyendo que el vino se «hace» en el campo, con el trabajo y el conocimiento adquirido durante generaciones.
Primamos el respeto a la tierra y la calidad de las uvas por encima de todo, entendiendo que son la base para elaborar unos vinos honestos, sinceros y únicos.
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